sabato 27 luglio 2013

LA MÚSICA COMO HERRAMIENTA DIDÁCTICA: RAZONES PARA SU USO

(desde un estudio de Fanny del Carmen Dalis Ledezma, Universidad de Bergen, Noruega - Departamento de Lenguas Extranjeras)


Uno de los autores más prolíferos, en español, sobre el tema de la enseñanza de lenguas, Daniel Cassany (1994), comenta:

Escuchar, aprender y cantar canciones en clase es una práctica de valor didáctico incalculable. Son textos orales ideales para practicar aspectos como el ritmo, la velocidad y la pronunciación correcta [...], además, como actividad lúdica, las canciones suponen una alternativa a otros ejercicios de repetición poco motivadores [...]”

Las palabras de Cassany destacan las ventajas que ofrece el uso de la música de una manera bastante general; tomando como punto de partida las opiniones de autores como Jiménez y otros (1998), Martínez Sallés (2002), Betti (2004) y Ruíz García (2005), a continuación se presentan las razones más importantes para usar esta herramienta didáctica, seleccionadas a criterio de esta investigadora y para los fines específicos de esta tesis.
 
1. Ofrece variación en la enseñanza de la gramática y la fonética: al colocar canciones en clase, el profesor puede trabajar diferentes áreas de la lengua. Por ejemplo, a nivel lingüístico se pueden practicar los tiempos verbales en contexto, reforzar conocimientos previos o explicar nuevas estructuras sintácticas; asimismo, debe tomarse en cuenta que los textos de las canciones incentivan el crecimiento del léxico, dado que el alumno puede aprender nuevas palabras, y comprender o recordar mejor las que ya conoce. Por otra parte, al cantar, el alumno practica la pronunciación y también se ejercita en escuchar la lengua estudiada; además de que puede comparar el lenguaje utilizado, pues, se pueden usar canciones con lenguaje cotidiano, o poético, entre otros (Betti, 2004).
 
2. Estimula las cuatro destrezas: al hablar de destrezas en plural, destaca Ruíz García (2005) que las canciones en clase estimulan las cuatro destrezas en el alumno, y debe eliminarse la concepción general de muchos docentes, de que la música ayuda solamente a la destreza auditiva. Jiménez y otros (1998) se hacen eco de esta opinión, recalcando que ya es hora de que los docentes abandonen la creencia de que la música es un recurso ideal exclusivamente para el desarrollo de la destreza auditiva; por supuesto que lo es, sin embargo, también es ideal para permitir la integración de las otras destrezas, pues, el alumno puede leer el texto de la canción, escuchar y hablar sobre las instrucciones dadas por el docente, escribir su opinión sobre el texto, etc.
 
3. Ejemplifica diferentes estilos literarios: en la opinión de Perez-Agote (1999:887), “la canción, como la literatura, permite trabajar diversos aspectos de la lengua (metáfora, ironía, juegos de palabras, etc.) [...]” (citado en Ruíz García 2005:3) Sin embargo, Ruíz García señala que éste no es el uso más común que se le da a la canción en clase, precisamente porque para muchos la canción todavía es un elemento de “bajo nivel”, comparado con los clásicos literarios. A pesar de esto, vale la pena mencionar que en varias ocasiones los textos de autores famosos han sido llevados a canciones, por ejemplo, los cantautores Ana Belén y Joan Manuel Serrat han hecho un éxito del poema de Rafael Alberti, “Se equivocó la paloma.”
 
4. Representa textos auténticos de primera mano: las canciones representan un material auténtico real, tal como los llamados textos auténticos, dado que son escritas por cantantes nativos para el público nativo, el cual está en la posición de entender claramente el mensaje que se quiere transmitir. De la misma forma, las canciones son, en muchas ocasiones, textos que revelan elementos de la vida cotidiana y utilizan, en la mayoría de los casos, un lenguaje “simple e informal”. Además, generalmente son textos cortos con estructuras sencillas y que describen un tema concreto, haciéndolas fáciles de comprender (Ruíz García, 2005).
 
5. Permite expresar emociones y reacciones individuales: por ser textos auténticos, los temas de las canciones reflejan situaciones que el estudiante identifica en su propia cultura (romances, vida familiar, problemas sociales, etc.); y que por tanto interpretará a su manera, identificándose muchas veces con el contenido expresado en ellas. Tanto Ruíz García (2005) como Jiménez y otros (1998) afirman que cada persona reacciona de manera diferente ante un texto, lo que permite que al momento de discutir luego el tema de la canción se pueden encontrar un sinnúmero de interpretaciones donde ninguna es errónea, pues, ilustra simplemente la interpretación personal del alumno. Esto por supuesto, ayuda a eliminar, o disminuir, el miedo al error y por ende crea más seguridad en el alumno, además de motivar la participación en clase y poner en práctica los principios de la enseñanza diferenciada.
 
6. Estimula el juego y la creatividad: de acuerdo a Ruíz García (2005), la música hace que el estudiante juegue con el idioma mientras descubre y experimenta el mismo; además es un rico elemento para incentivar la creatividad permitiendo la creación de un ambiente relajado en el aula, el cual es primordial para el éxito de la tarea educativa.
 
7. Estimula la memoria: el aprenderse una canción y cantarla luego por mucho tiempo, incluso años, es una ventaja innegable del uso de la música en clase. Ruíz García, cita a Gil Toresano (2001:40) afirmando que al incluir canciones en el aula “podríamos sacar provecho de este mecanismo mental y aparentemente innato de ejercitación y memorización de la lengua [la repetición]” (citado en Ruíz García 2005:4). Vale mencionar, por ejemplo, la constante repetición de las frases incluidas en los coros o estribillos de las canciones. También se debe hacer notar que las canciones pueden ser “pegadizas”, quiere decir que el ritmo y la letra se quedan en la memoria de la persona que la escucha por un lapso de tiempo indeterminado. Esto es lo que Martínez Sallés defiende, utilizando las teorías de algunos investigadores, afirmando que usar canciones permite que el alumno sea capaz de “abrir el filtro afectivo que les bloquea y permitir la entrada y el calado del input lingüístico” (Krashen 1983, citado en Martínez Sallés, 2002:4).
 
8. Motiva: Ruíz García cita a Santos Asensi (1996:338) en su defensa de la música y las canciones como elemento motivador, argumentando que estas representan “uno de los recursos didácticos más efectivos, motivadores e inagotables en la enseñanza de las lenguas” (citado en Ruíz García, 2005:1). De igual forma, en la presentación del libro Tareas que suenan bien, se lee el siguiente comentario: “[...] la mayoría de los especialistas coincide en admitir que las canciones son un recurso motivador de primer orden cuando se trata del aprendizaje de una lengua extranjera” (Martínez Sallés, 2002:3).
Por su parte, Silvia Betti (2004) declara que los diversos temas disponibles a través de las canciones motivan a discutir la situación descrita, por lo que los estudiantes tienen una participación activa durante la actividad, alcanzándose de esta manera altos grados de motivación en el aula. Adicionalmente, las canciones crean la necesidad en el alumno de comunicarse con sus compañeros, para saber la manera en la cual ellos interpretan lo que han escuchado; el estudiante se siente estimulado a compartir sus ideas y opiniones, por ende, a comunicarse.
Para finalizar, y no por ello menos importante, es conveniente afirmar que el uso de canciones en clase no beneficia nada más al alumno, tal como afirma Mata Barreiro (1996):
 
La audición de una canción desencadena en el alumno y en nosotros, profesores, sensaciones y reacciones diferentes. La comunicación entre esas dos culturas introduce una situación pedagógica generadora de enriquecimiento mutuo (citado en Jiménez y otros, 1998:2).
 
Es interesante esta opinión de Mata Barreiro, pues, se encontró en los resultados de la encuesta que para algunos profesores la música era motivante tanto para el alumno como para ellos mismos.
 
9. Enseña contenidos culturales, sociales e históricos: este es uno de los puntos más estudiados hasta ahora por los investigadores; y para esta autora, es una de las razones más importantes por las cuales conviene colocar canciones en clase. Para iniciar este apartado es conveniente definir el concepto de cultura:
 
Toda cultura es un modo de clasificación, es la ficha de identidad de una sociedad, son los conocimientos de los que dispone; son las opiniones (filosóficas, morales, estéticas [...] ) fundadas más en convicciones que en un saber (Porcher 1986, citado en Miquel 2004:2).
 
En base a este concepto se puede sugerir que la cultura es la bandera de identificación de un pueblo. Se considera un elemento tan importante que incluso en el Marco común europeo de referencia se enfatiza que el estudiante de una lengua extranjera debe tener acceso a un saber sociocultural que le permita entender la realidad actual del idioma en cuestión. Se utiliza el término conocimiento sociocultural para "[...] referirse al conocimiento de las características distintivas de una sociedad concreta, de la cultura de la comunidad o comunidades que hablan español [...]" (Guillén, 2004:842). Los elementos considerados a tener en cuenta al trabajar con cultura están enumerados en el Marco de referencia, ellos son: la vida diaria, las condiciones de vida, las relaciones personales, los valores, las creencias y las actitudes; el lenguaje corporal; las conveniencias sociales y el comportamiento ritual (Guillén, 2004). Las palabras de Jiménez y otros, resumen a grandes rasgos el énfasis que señala el Marco común europeo de referencia:
 
La imponente carga cultural de los textos de las canciones se pone de manifiesto no sólo cuando reproducen más o menos fielmente poemas, sino también al encerrar contenidos sociales, históricos, políticos o de la vida cotidiana (1998:3).
 
Considerando otras opiniones, cabe mencionar a Gil Toresano (2001:41), quien afirma que una clase de idiomas comprende también una clase de cultura sobre el país o los países que hablan esa lengua:
 
En la clase de lengua se descubre y se enseña cultura. La música y las canciones son manifestaciones culturales de la comunidad lingüística: Pero además las canciones encierran en sus letras una valiosa carga de información sociocultural (citado en Ruíz García, 2005:7).
 
Por su parte, Silvia Betti señala que “la canción representa no solamente un lenguaje universal, sino también el período histórico y la sociedad de la cual es expresión” (Betti, 2004:2). Igualmente menciona Calahani que “La canción...sirve como interesante fuente de la idiosincrasia hispana para el trabajo de clase” (Calahani, 2003:2). Tal como evidencian estos comentarios, el uso de la música en clase brinda la oportunidad al docente de explorar los acontecimientos culturales, sociales e históricos de un país de una manera diferente a la tradicional.
Para finalizar, mencionan Jiménez y otros, un punto interesante: “Las canciones antiguas y modernas, cultas o populares constituyen verdaderos inventarios -a veces canteras- de lengua viva” (1998:2). Es decir, las letras de las canciones no solamente le enseñan al alumno aquel vocabulario intelectual y gramaticalmente correcto, sino también, aquel que se usa en la calle, el que usa el ciudadano común en su comunicación diaria, y que caracteriza en ocasiones la cultura de ese país.
Vale la pena mencionar el siguiente ejemplo. La canción llamada “Pavo real”, interpretada por el cantante venezolano José Luis Rodríguez a finales de los años setenta, fue un éxito rotundo no sólo en América Latina sino también en España; en el coro de esa canción se utilizaba la palabra “chévere” la cual podría decirse que en su significado equivale al “vale” español. Como un resultado de esto, incluso hoy en día, el solo hecho de mencionar la palabra “chévere” identifica a una persona como originaria de Venezuela, para muchos oyentes.
 
En conclusión, en la opinión de esta investigadora, las razones antes expuestas permiten afirmar que las canciones, en su combinación texto más melodía, son una fuente de input ideal para el alumno. Al mismo tiempo, le dan una oportunidad al docente de manejar su hora de clase de una forma innovadora y motivante.










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